Su nombre recuerda que esta fortaleza perteneció a
comerciantes turcos cuando dominaron la ciudad, allá por el siglo XVII,
en la disputa con los venecianos por el control del Mediterráneo. Hoy en
el Fondaco dei Turchi se exponen extraños experimentos científicos que
traían los intrépidos exploradores venecianos de sus viajes, además de
un dinosaurio completo.En origen fue una mansión del siglo XII, residencia de los duques de
Ferrara hasta 1621, fecha en que fue arrendado a comerciantes turcos,
hasta 1858. Después sufrió una desastrosa modernización. Los elementos
de la fachada original se sacrificaron a favor de los gustos
arquitectónicos del momento, como las peculiares almenas que le dieron
al original edificio gótico el aspecto de una cárcel.Dentro se puede encontrar una biblioteca científica y el curioso Museo Cívico di Storia Naturale
(Museo de Historia Natural), que incluye desde un acuario con llamativos
ejemplares de la costa veneciana, hasta una apasionante exposición de
dinosaurios, un esqueleto de cocodrilo
prehistórico o un curioso esqueleto de un bebé dinosaurio hallado en el desierto del Gobi. También podremos
contemplar cómo se recogían los ejemplares de animales para fines
científicos o para eventos sociales y macabras fascinaciones.
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